martes, 1 de diciembre de 2009

la ciudad 2005 , segunda entrega

Mil imágenes estúpidas y sobre todo literarias vinieron a mi cabeza, me figuré que yo era un pájaro, que por un destino a cumplir había sobrevivido a los otros pájaros, la llovizna se hizo lluvia y me fui al hotel que me recomendaba una trajetita que tenía en el bolsillo.
La habitación era más bien deprimente, estaba compuesta de un ropero, una cama, una mesa y una silla, cerré la puerta y del otro lado me encontré con un mapa de la ciudad, parecía muy antiguo, el tiempo y la tierra le habían dado un color verdoso, intenté leer el nombre de las calles, pero me resultó muy fatigoso porque no estaba escritas en español.
Recordé el tren que me había traído y con nostalgia quise estar otra vez marchando en sus vagones, su calidez uterina me había abandonado y parido en esa ciudad que me agredía y dejaba desnudo ante mis dudas mientras la lluvia golpeaba sin piedad.
Odio la lluvia y todas sus consecuencias, odio el agua que se acumula en la boca de las alcantarillas, agua turbia que nada tiene que ver con la noble y natural que derrama un río de montaña....

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