martes, 23 de julio de 2013

nadie me espera
nadie puede verme
nadie me recuerda, sólo
en las tardes, alguien dice mi nombre
es una mujer antigua que ha ido
gastando el tiempo
su cara está surcada
es como un mapa manuscrito

no soy un minotauro, pero
tengo mi laberinto,
nadie puede encontrar mi cuerpo
y el olvido es mi refugio.

El camino que lleva a mi encuentro
està olvidado, pero a veces alguien lo recorre
y en los rostros de los jóvenes
vislumbro una emoción,
pero es una ilusión
yo ya no puedo sentir nada.

A veces los contemplo por horas,
el tiempo me ha hecho paciente,
he comprendido que tarde o temprano
a cada uno le suceden todas las cosas posibles

Nadie me acompaña
pero veo que todos estamos solos
Nadie puede amar a nadie
porque nadie es real





Nadie me recuerda
Nadie me espera
Nadie me ayuda
Nadie puede sacarme
de este pozo
lleno de algo blando
como ectoplasma

Nadie me nombra,
sólo a veces en las tardes silenciosas
en una vieja casa de campo
una mujer dice mi nombre
Està ajada, los años
han ido borrando su cara.

Nadie sabe donde està mi cuerpo
Sòlo un perro que me visita
cuando muere la tarde.

No soy un minotauro,
pero tengo mi laberinto
Nadie lo recorre,
sólo el olvido lo hace
cuando cae la lluvía del otoño
y las horas son muertas al nacer

Nadie puede verme, pero yo
lo hago, los contemplo en silencio
el tiempo me ha hecho paciente
a veces en los rostros jóvenes
vislumbro una emoción,
pero es una ilusión,
yo ya no puedo sentir nada.

La Casa està vacía
nadie la visita, adentro hay viento
que corre abrazando las cosas de la cocina
el olvido es frìo
y el sol no me alcanza.

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