miércoles, 17 de octubre de 2012

a los héroes de cada día

 

   Los griegos dicen que toda nuestra vida es el camino del héroe, a veces aparece el "dador", aquel que ayuda al héroe, es por ejemplo Gandalf en el Señor de los añillos, a veces el antagonista parece que va a vencer al héroe, pero pasa algo y la suerte que era adversa, se torna a su favor, nos admiro a todos nosotros que somos héroes, sin ninguna espada mágica, si un poder mental que nos permita abrirnos paso y sin embargos luchamos, vivimos en un mundo injusto y tratamos de que sea mejor, intentamos torcer la balanza en favor de la justicia.
   Somos héroes, porque la vida es un camino de heroísmo, y el que no la practica así, se pierde el camino sagrado que lleva a la iluminación. Por eso a veces cuando las cosas me son adversas, pienso que es mi momento de demostrar que soy el héroe de mi vida, porque uno puede elegir un papel secundario y esconderse y vivir sin que nos pase absolutamente nada. Imaginemos que Frodo no llevaba el añillo, o que Ulises no hubiera querido volver a su casa, nos hubiéramos perdido una historia hermosa y su vida destinada a lo grande, hubiera sido igual a una buena cosecha que se pierde porque nadie quizo recogerla, o que el metal no hubiera querido convertirse en gloriosas espadas, aunque antes tuvo que pasar por el fuego, doblarse y tomar su verdadera forma.
    Nos admiro a todos nosotros, lo que somos héroes buscando lo mejor de esta vida, para que la nuestra y la de las personas que amamos sea mejor. los análisis de los estudiosos de los mitos dicen que el héroe está loco, loco porque intenta lo arriesgado, loco porque su nobleza lo hace arriesgar todo sin miedo de perder, pero su locura es sagrada, es el motor de la vida, su locura es el amor. Por eso cuando la suerte me es adversa recuerdo una frase de la biblia que mi mala memoria no me permite recordar quién la dice, pero eso es lo menos importante, porque lo que importa es lo que dice, la frase dice "¿acaso, cuando se los envió sin alforjas y sin sandalias por los caminos, algo les faltó?

martes, 2 de octubre de 2012

Era jesús el Rey de los judíos?

     

            La historia de Buda, lo muestra como un Rey que renuncia a su reino y asume su misión de maestro espiritual, en esta historia estos detalles son claros, Buda se va del palacio y decide no ser Rey, su padre le pone todas las tentaciones a su alcance en un palacio con 365 habitaciones,  con una mujer distinta para que Shidarta pase todo el año ahí adentro, pero basta una salida y cuatro encuentros, con un enfermo, un viejo, un muerto y un santo, para que Shidarta elija el camino del Buda.
          Con Jesús parece ocurrir algo similar, si leemos al principio la ascendencia de Jesús, veremos que está emparentado con la Casa Real de David,¿ no les resulta extraño que Herodes lo mande matar solo por una leyenda o una profecía? Pareciera  que Jesús de cierta manera pudiera reclamar en algún momento el trono, eso sumado a su carisma de Líder y a su maestría espiritual lo hubiera llevado derecho a tomar el lugar de Rey, que quizás era un lugar que le corespondía y rechazó.
         No sabemos que ocurrió con los años perdidos de jesús, ya que su vida pública duró tres años. Pareciera que como Buda, regresó de su viaje como maestro espiritual, desde esos días Jesús, dijo que su Reino no era de este mundo, ciertas eran esas palabras o aclaraban que renunciaba a su reinado natural para acceder a su misión planetaria de enseñar y difundir un mensaje mucho más elevado. Jesús fue el único condenado a la cruz  al que se le colocó una corona de espinas y se lo vistió como falso Rey, ese parece un castigo judío más que romano. yo me pregunto muchas veces, que hubiera pasado con el pueblo judío si Jesús hubiera hecho una revolución armada para liberaros del yugo del imperio romano, hubiera llegado a tener la corona, que parece que rechazó en pos de su verdadero objetivo.
       Jesús al igual que Buda suena como alejado de los reinados de los hombres, para asumir una gran misión planetaria, pero a veces el ensañamiento de su pueblo con él, parece más despecho que odio a su causa.

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